1- Garabato descontrolado:
Cuando cumplen un año y medio los niños ya pueden tomar un lápiz, una pintura o un crayón y realizar sus primeros garabatos: unos trazos desordenados, descontrolados,
irregulares y con dirección variable. Estas primeras marcas suelen
salirse del papel y carecen de sentido. El garabato funciona como simple
descarga motora para el niño, que obtiene placer con el movimiento.
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